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Perspectivas económicas y del consumidor en Colombia 2025
Es normal pensar desde el miedo cuando nos encontramos en medio de la incertidumbre. Los cambios de gobierno, los ajustes fiscales o las reformas profundas dentro de las organizaciones o dentro del gobierno, terminan por llenarnos de preocupaciones y afanes que casi siempre terminan obligándonos a pensar y pensar sobre cada una de las acciones que tomamos. Con la economía el camino es similar, nos embarcamos en mirar con afán las noticias de la coyuntura, dejando de lado las dinámicas propias de una población y del tejido empresarial que la acompaña.
Un 2025 con señales de recuperación
Por eso, aunque a veces parece verse difuso, este 2025 nos presenta un panorama más prometedor que aquel que tuvimos los últimos 2 años. El ciclo económico en el que parece entrar nuestro país, hoy nos ofrece una visión de crecimiento superior a la que venimos experimentando durante 2023 y 2024. El problema es sencillo, y, por cierto, no solamente atado a las políticas gubernamentales: durante 2021 y 2022 los colombianos -aunque pasó de manera similar en varias latitudes del mundo-, quisimos desquitarnos del encierro en el que nos tocó vivir por cuenta de la pandemia. El exceso de gasto en la reapertura y una coyuntura internacional enmarcada desde el conflicto entre Rusia y Ucrania terminó por aterrizarnos de mala manera. Vivimos la fiesta, y los años siguientes, terminaron siendo el guayabo.
Hoy las perspectivas son mejores. En términos de crecimiento económico y de gasto de los hogares el panorama parece ser un poco más claro. Todas las proyecciones hoy muestran números mejores en casi todos los indicadores macroeconómicos de nuestro país.
El consumidor también vive la incertidumbre
Eso no significa que no vengan muchos retos por delante: Las preocupaciones con respecto a las políticas del gobierno, los conflictos internacionales, la relación de Trump con el mundo, el clima, son realidades que debemos evaluar casi en tiempo real para entender sus efectos y cómo mitigarlos o aprovecharlos. Pero al margen de lo que pasa en el mundo, no podemos olvidarnos que lo que nos preocupa a nosotros también preocupa a nuestros clientes. También están sujetos a las mismas incertidumbres, escuchan las mismas noticias y tienen similares preocupaciones. Quizá es hora de volver a mirarlos y encontrar los puntos en los que podemos estar más cerca y apoyarlos, no solo venderles.
Al final
Podría decirse que el mayor reto de este 2025 es entender que, si nuestros clientes van a empezar una nueva fiesta, debemos estar ahí para acompañarlos. Eso significa entenderlos y entregarles aquello que realmente necesitan. Nadie va acompañado a una fiesta por alguien que no entrega algún valor. Ese es el punto.
Contenido por: Juan Diego Becerra Platín Senior Associate – RADDAR