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Formación de equipos: una oportunidad de crecimiento en tiempos de crisis
Uno de los pocos espacios de influencia que tenemos ante la incertidumbre es la formación de equipos para trascender la labor individual y generar consciencia colectiva.
Nos quedan pocas o nulas posibilidades de control y certidumbre ante las circunstancias que hemos vivido en los últimos seis meses. Los planes y presupuestos anuales han quedado en el olvido y la prioridad es sobrevivir. En otros casos, el aumento inesperado en la demanda de productos o servicios a cimbrado a las organizaciones rebasando sus capacidades de respuesta. Los desafíos organizacionales muestran a empresas, antes resistentes, que ahora adoptan modelos de trabajo remoto definitivos; mientras que las personas enfrentamos retos al ajustarnos a espacios, horarios e interacciones en el trabajo desde nuestros hogares.
La formación de equipos es importante para orientar el quehacer individual, pero también nos permite generar ecosistemas colaborativos que nos ayuden a afrontar el caos y la incertidumbre en tiempos difíciles, y potenciar el crecimiento de los negocios. Conformar equipos de trabajo requiere una actividad conversacional continua donde el foco de los integrantes debe orientarse en los siguientes aspectos:
1. Aptitudes gerenciales que nos ayuden a definir objetivos, metas, implementación de procesos y supervisión de resultados.
2. Guía o coaching que nos permita desarrollar habilidades, modificar actitudes y plantear retos a los colaboradores para crecer profesionalmente.
3. Liderazgo que reconozca e incentive la labor y los buenos resultados, pero que también inspire y motive a los miembros del equipo para perfeccionar su labor.
4. Es importante definir objetivos colectivos para que los logros individuales trasciendan. Debemos cultivar la consciencia de cada integrante sobre la relevancia de su trabajo, es decir, hacerle saber que su contribución es valiosa para la consecución de los objetivos en grupo. Lo anterior, lo definimos como resonancia: una habilidad del líder para impactar las emociones de las personas del equipo e inspirar la solidaridad, la colaboración y la empatía entre todos los colegas.
5. Otra habilidad para desarrollar en cada colaborador es la resiliencia y para hacerlo, es indispensable diferenciar entre delegar y empoderar. El primer concepto se limita a otorgar una tarea que requieres por parte del individuo o equipo; mientras que el segundo concepto implica ver el panorama completo para contextualizar y comunicar la relevancia de la actividad a ejecutar de tal manera que cada persona o área puedan tomar decisiones oportunas con pleno conocimiento, libertad y responsabilidad.
6. No es lo mismo pedir que un promotor coloque producto en el anaquel a solicitar que se ejecute la guía de mercadeo definida para las marcas y productos de la categoría. Es decir, si mantenemos esto como prioridad nuestros equipos lograrán superar cualquier barrera y reto que se presente.
7. No hay receta infalible para formar y consolidar un equipo porque el elemento principal es el ser humano y las emociones, paradigmas y prejuicios que influyen de manera cotidiana. Ante esto, el lenguaje en todas sus formas de expresión es una herramienta fundamental para calibrar objetivos, dar retroalimentación, reconocer el buen desempeño, asignar tareas y resolver conflictos.
8. Estas habilidades deben ser acompañadas con el uso de tecnologías de información para monitorear el trabajo remoto y de campo, medir el desempeño y mantener comunicación asíncrona e interactiva a distancia.
Ver nota original aquí. https://www.merca20.com/