En la era digital, donde la eficiencia y la personalización son fundamentales, la inteligencia artificial (IA) emerge como una herramienta crucial para potenciar la gestión de cobranza. En un mundo donde los datos reinan, la capacidad de la IA para analizar información de manera eficiente y precisa se convierte en un activo invaluable para las empresas del sector.

La implementación de la IA revoluciona los procesos rutinarios en la gestión de cobranza. Desde la automatización de recordatorios hasta la guía en plataformas de pago, esta integración agiliza los procesos y empodera a los clientes al proporcionarles un control significativo sobre su situación financiera hasta la normalización de los créditos acorde a su capacidad de pago.

Uno de los avances más destacados es el uso de bots basados en IA, especialmente en plataformas como WhatsApp. Estos bots realizan notificaciones, ofrecen productos, agendan compromisos de pago e interactúan con los clientes en dificultades, especialmente en tramos de mora temprana. A partir del conocimiento de los perfiles, pueden llegar hasta acordar compromisos de pago y soluciones acordes a la necesidad del cliente y a las políticas de la entidad.

A pesar de los temores sobre la sustitución de los asesores, los bots no vienen a reemplazar, sino a potenciar las labores de los profesionales de la recuperación de carteras, por cuanto: simplifican funciones repetitivas, ofrecen rapidez y precisión, dan la posibilidad de que sin presión de tiempo puedan asesorar al cliente y llevar lo que finalmente se traduce en un incremento de los ingresos en menor tiempo.

COLCOB, destaca 5 áreas de impacto clave con la implementación de la IA:

Data: En cobranza, la abundancia de datos es una realidad constante. Estos datos son la base para la preparación de algoritmos que automatizan procesos, permitiendo una gestión más precisa y eficiente para cada tipo de cliente. Es claro que los datos no son de la empresa que cobra cartera de un tercero, pero su uso para generar analítica si es posible.

Omnicanalidad: La IA orquesta los distintos canales de comunicación de forma oportuna y organizada, según las preferencias del cliente, permitiendo un mayor número de contactos en menos tiempo y evitando tareas repetitivas.

Segmentación: La combinación de información demográfica del cliente con el históricos de gestión, hábito de pago y montos, permite diseñar estrategias altamente efectivas, reducir la morosidad y realizar campañas de activación de cartera.

Predicción: La objetividad de la IA permite predecir resultados de cobranza con un 95% de precisión, lo que facilita la proyección de pagos y el manejo del flujo de caja.

Organización: Gracias a la IA es posible una mejor organización de las gestiones de cobro, turnos, listas, prioridades, optimizando tiempos y recursos para enfocarse en el análisis y la evaluación, con miras estratégicas.

Como podemos ver, la implementación de la inteligencia artificial con su habilidad para adaptar estrategias, definir claramente costos de la gestión y oportunidades tanto en carteras jóvenes como de alta morosidad.

Estos aspectos llevan a enfocar al talento y por ende a las empresas, a ofrecer experiencias de cobranza personalizadas, que es lo que buscan quienes se postulan ante la entidad certificadora para obtener el sello de excelencia que representa el RACC (Referencial de Autorregulación de la Cobranza) otorgado por SGS con base en las definiciones de las mejores prácticas en los procesos organizacionales definidas por expertos aportados por COLCOB.